El faro blanco que fue
Se transformó en setenta y dos colores,
Poesías, artículos, pensamientos, publicaciones, reseñas...
El faro blanco que fue
Se transformó en setenta y dos colores,
Te recordaré olvidando tus besos profundos
Iluminando tus lados oscuros,
Robando el calor de tu cuerpo,A veces,/ silenciamos
los gritos de la mente/
tan evidentes/
tan inconscientes/
que brotan sin cesar.
A veces/ la buena suerte
viene con el trece/
las trece veces /
incandescentes/
que terminan por explotar.
A veces/ llevamos
cartelitos en la frente/
latentes/ entre la gente
esquivando una verdad.
Estribillo:
Mil veces/ a veces/ carentes/ y sientes/
que mientes, a la realidad.
Convences/ con creces/ que eres tan fuerte/
para que/ no te pregunten más.
A veces/ se abre
el secreto de mi expediente,
demente/
ausente/
lo tendrás que buscar.
A veces/ cuando te encuentras
con la muerte/
inerte/
perenne/
luchas sin cesar.
A veces/ ser prudente
se viste de rebelde/
diferente/
ascendente/
consiguiendo libertad.
Estribillo
Mil veces/ a veces/ careces/ y sientes/
que mientes, a la realidad/
Convences/ con creces/ que eres tan fuerte/
para que/ no pregunten más.
Y mil veces/ te convences/ paciente/te enciendes/
al quererte/ para navegar.
Resiliente/ contracorriente/ hacerle frente/ urgente/
atenderte/ para no naufragar.
Para no naufragar.
Un billete de ida. No espero nada más, tan solo que me leas y no me juzgues. Que me cojas de la mano y recorras nuestros recuerdos libres y soñadores que por momentos nos hicieron reencontrarnos de nuevo.
Ningún billete de vuelta. Me quedo en el silencio de los días sin palabras. En el sonido de aceptación infinita porque tú has decidido no estar, desaparecida en historias paralelas buscadas a conciencia para encajarlas en otros cuentos.
Piérdete para protegerte, pon distancia para evadirte y recorre caminos sin destino hasta agotarte y descansar.
Te dará igual recorrer mil rincones, tomar una dirección u otra...si no decides donde quieres llegar, el viaje será eterno. Es necesario parar, bajarse y reparar. Respirar en medio de la nada para volver a conectarte con la realidad que nos vuelva a unir.
Te contestaré si me preguntas pero no emitiré ningún ruido distractor de lo que somos ni fluctuaré tus referencias de apoyo para que vayas más liviana hacia lo que deseas conseguir: ser feliz.
Mi compasión para entenderte está en el respeto para adaptarme a tu preparación, a los tiempos y a los ritmos diferentes que la vida nos va marcando. Que nadie ni nada nos empuje a un vacío. Que seamos cada una responsables de saltar cuando exista una profundidad que amortigüe el golpe y nademos en el mar de infinitas posibilidades.
Me faltaron las sobras de unas cuantas horas de reloj y me sobraron las migajas que servían de antesala de lo que nunca fuimos. Hoy me quedo con lo que reímos, con lo que lloramos, con las reflexiones indefinidas y con lo que pudimos llegar a ser.
Nunca dejaré de estar cuando así lo necesites. Mientras tanto, seguiré en el anonimato de las letras y en la no existencia metafórica que así decidiste crear para que el dolor no te duela.
Desde mi seudónimo, te escribo con tinta de amnesia y trazos de anestesia para tu corazón.
Te marchaste;
Con ese adiós organizado,
Con mi amor entrelazando tus manos
Y tu eterna fuerza para dar el paso.
Te marchaste;
Atravesando el cielo
partículas de Aries olor a incienso
que ardientes arden en el firmamento.
Te marchaste;
Con las nubes de color fuego,
avisando cada año de tu rezo
sin luna que oculte el lienzo,
pintada en la cola del viento.
Te marchaste;
Convertida en estrella sin miedo,
Hamal brillante parpadea sueños
en la dimensión de emociones que siento,
aceptando que en unos segundos te pierdo.
Te transformaste;
En luz naranja nocturna,
vellón dorado que alumbras
senderos de diciembre en penumbras
cuando me pierdo taciturna.
Te encendiste;
radiante y elegante en Fuente Obejuna
recitando coplas llenas de dulzura
cantares de la energía más pura
que emana desde Gracia hasta las alturas.
Allá tu alma brilla más que nunca...