Adoro el sonido de octubre cuando el otoño asoma para renovar las nubes cuando subes a darme un beso frenando el tiempo.
Adoro tus silencios en la conexión de nuestros cuerpos y tu risa de niño travieso escondiendo la intención de un momento.
Adoro tu mirada que pone al revés mis palabras cuando intento expresarlas y cambian anaranjadas, en un suspiro que termina en carcajada.
Adoro tus detalles en las caricias que escoges envolviendo mi piel en suave noche de miel.
Y por más que intento no adorarte, este amor no consigue parar el corazón sin razón, perdiéndome en el brillo de tus ojos reflejado en la profundidad de tu amor.
Nunca es igual contigo... En tu nube navego Rumbo a ese rincón sin testigos Jugando a no quemarnos en el fuego Azul de un verano divino.
Ayo fue el punto de encuentro, Maro el broche final del comienzo.
Dime si tus silencios Amenazan con robarme un beso. Río cuando en tu versión más graciosa Limpias mis tristezas y curiosa Indago en la profundidad marinera de tu espuma Necesitada de un faro que en la bruma Grite un te quiero frente a la luna.
Nadie es igual que tú... Ardo en deseo dentro del oasis Noble de tu luz Oscura transformada en una catarsis Gigante de olas Esbozando una parábola en tu boca.
Mientras mi sol Alumbra tu sonrisa, Burriana nos hace un guiño Enredándonos con la brisa Loca de su cariño Para acariciar el calor Risueño de nuestro amor.
Estoy enamorándome lentamente de ti, poco a poco y sin prisa. Ayer fue de tu sonrisa, hoy de tus ojos y mañana de tu silencio...
El otro día fue de tus abrazos y hace meses de un consejo sabio, del aroma de tu piel, de tus canas, de tus labios de miel.
Tu mirada breve es la palabra que no me dices el sueño que no se despierta junto al mío echando raíces y tu melodía acariciando mi poema.
Lentamente he llegado donde nadie ha llegado, a enamorarme de ti, de tus travesuras, de tu verano, de tus horas conmigo, de tu dosis de villano, de tus soldados, de nuestros momentos, de tu encanto.
No tengas miedo a expresarme, nunca se repetirá lo que tú y yo estamos creando. ¿Merece la pena dar el paso y caer en el amor? Ahora es el momento en que los dos nos fundamos en un te quiero y darnos calor...
No se como decirte lo especial que es sentir tu piel con mi piel...
Tu lengua busca cobijo en mi boca y mi pecho se empapa de la miel que me toca, con tanta emoción que desborda mi conciencia hacia el delirio.
El delirio de perderme en tus manos es el peligro más seguro del amor sin daño. Y te deseo así, libre y espontáneo, pintando mi cuerpo de razonables locuras a la espera de una frase que quite todas mis dudas.
No se como decirte lo presente que estás en mi, como el recuerdo que perdura en fotografías, como el olor de tu fragancia entre las sábanas vacías y la música de tu voz susurrándome "tranquila".
No se como decirte que te quiero y no esconderme asustada de miedo por precipitarme en el tiempo y en tus sentimientos, esos que parecen tan intensos hoy con un mañana incierto.
No se como decirte que quiero decirte lo que tú me has dicho hace un momento. Expresarte en forma de cuento que me haces muy feliz, eres mi complemento, tanto que la cicatriz del pasado, se la está llevando el viento.
Quizás una simple canción sea el desencadenante de este sentimiento libre y rebelde que se me resbala entre la tinta y mi mente, esa que le cuesta tanto decirte te quiero...
Quizá sea un estúpido suspiro el que separa tu pensamiento del mío, una guerra entre la pasión y la razón descarada sin sentido...
Discúlpame pero no esperaba la visita de mariposas revolucionarias que me despistaran, que me atraparan entre nubes y alas dando color a mis sentidos...
Yo que había decidido no creer en el amor resulta que la vida y tu "lado oscuro" me dan de nuevo una ilusión y una indecisión, una de cal y otra de arena, poniéndome de cabeza contra la pereza de comenzar de cero.
Podría desaparecer...demasiado tarde para apartarme de ti. Tendré que decidir entre dejarme caer entre tus brazos ligeros o rescatarme de tus lazos prisioneros que atan emociones inexplicables arropadas en un suspiro...
Nene...ahora no hay marcha atrás pero empújame a tu vacío del descubrir, de lo sorprendente que es amar, besar, sentir, acariciar, admirar, respetar y compartir...esta vez de verdad, sin limitaciones de fantasmas pasados ni cadenas que realmente no existen cuando las pupilas se dilatan para fusionarnos en nuestra galaxia...
Desde pequeños nos enseñan a sumar, a localizar un país dentro de un mapa o incluso a tener conocimientos de cómo es y funciona nuestro cuerpo pero nadie nos ha enseñado cómo debe ser una relación sana y disfrutar del amor.
Sin ser conscientes, lo aprendemos según lo que hemos observado en casa, en los medios de comunicación e incluso en las películas románticas.
Nos han inculcado que las chicas tenemos que esperar a nuestro príncipe azul, ese tipo de hombre a lo "Cenicienta", donde sólo y exclusivamente se ve lo bueno que hay en él, ese que nos salvará y nos protegerá convirtiéndonos en princesas de un cuento sin fin...sin tener en cuenta la segunda parte del cuento: no es adecuado depender de otra persona para sentirnos seguras.
Somos educados de forma diferente y esto hace que nos comportemos de manera distinta. La sociedad es la que hace que haya estos desniveles en la forma de ser y de actuar. La idea de que somos medias naranjas en busca de nuestra otra mitad ha hecho mucho daño en esto del amor. Más bien somos naranjas enteras que comparten con otras naranjas los sueños, proyectos, los deseos, problemas y éxitos de la vida.
Las mujeres tienen que ser autónomas para poder romper con las relaciones que no las convienen. El hecho de ver como única meta de la vida el conseguir una pareja hace que en ocasiones se pueda confundir el amor con lo que está socialmente estipulado.
Lo importante es en primer lugar querernos a nosotros mismos, respetar nuestras ideas y pensar que tenemos un valor como personas. Solo así haremos que los demás nos quieran por lo que somos y nos respeten sin ninguna máscara social.
Esta idea del amor romántico hace que pase desapercibido algunas conductas que son altamente dañinas para la persona y llevan a ideas preconcebidas negativas como por ejemplo que las mujeres se ocupan de dar cariño y apoyar al otro y los hombres deben ser fríos y cautelosos en sus emociones.
Es por eso que las mujeres tienen tan interiorizado el considerar normal que se sufra en el amor y nada más lejos de la realidad. Estas diferencias que hacen que se genere malestar emocional se pueden detectar y modificar para saber que no se quiere en una relación.
Los conflictos en una pareja surgen a veces y se arreglan dialogando y buscando alternativas y soluciones. Estos conflictos no se deben temer ya que sirven para que la pareja madure y evolucione en su consolidación. Sin embargo cuando uno de los dos intenta imponer y llevar siempre la razón es cuando aparece la falta de respeto y la señal que indica que no es una relación sana.
Y ¿Qué es una relación sana? Son aquellas en las que TÚ te encuentras a gusto al tratarte el otro/a con respeto:
- Tus opiniones sonigual de importantes que las de la otra parte, aunque sean diferentes.
- Se organizan cosas y se comparte la diversión mutua.
- El tiempo que pasas con la pareja es igual de importante que el tiempo que pasas con familia y amigos.
- La confianza y la escucha en el otro a la hora de hablar cualquier tema.
- Compartir los problemas y respetar las soluciones que cada uno genere.
- Libertad para decir y expresar lo que quieras o necesites.
- El otro/a es uno más y no es la única persona que comparte tu tiempo.
Así que aún se está a tiempo de cambiar ciertas cosas, esas que son adquiridas por el aprendizaje. Aún estamos a tiempo de respetar que "TÚ eres TÚ y YO soy YO y eso es maravilloso."
