lunes, 16 de enero de 2012

La abuela Lola

La abuela Lola
partió en un sueño de rosas,
entre cantares y morerías
de un barrio de Córdoba.

Se fue cuando ella quiso,
anunciando con bordados de hilo,
puntadas de palabras que advertían,
su salida hacia una nueva vida.

Esa mujer casi inmortal,
existirá en mi recuerdo de cristal,
reflejo de un reloj que va deprisa,
de las horas simétricas de su ritual.

Fuente-Obejuna llora
la muerte de mi abuela Lola;
102 años vividos como una señora,
37 momentos que tendré en la memoria.

"Tus hij@s, tus niet@s y bisniet@s no te olvidan,
porque en en tu historia seguirás viva
como " La Rebolla" que desde el cielo nos guía.

viernes, 13 de enero de 2012

Francisco Javier


El llanto al nacer,
Llamó a Francisco Javier,
Que liberó la ilusión
Del futuro eslabón.

Su padre sonrió
Al ver su rostro hermoso;
Su madre le acurrucó
En sus brazos mimosos.

Ya se te ve dormido
En el alba de un suspiro;
Navegas en tu barquito,
Hacia sueños infinitos.

El agua bendita,
Resbala en tu pelo,
Que tu nombre acredita,
Desde lo mas alto del cielo.

Talavera de la Reina en tu mente,
San Sebastián de los Reyes te siente;
En sus corazones te venera
Y dan la vida entera.






 

jueves, 12 de enero de 2012

Lucía

Linda sonrisa de Abril,
Umbral de alegres deseos,
Cuerpo de luz sutil,
Iluminan sueños placenteros,
Al este de tu perfil.


Amaneces en tierras murcianas,
Lugar que te vio nacer,
Mientras tu sangre catalana,
Anhela tus ganas de crecer,
Zambullida en el Guadiana,
Alma extremeña del ayer.


Niña chiquita,
Azul cielo te cobija.
Vaivén de abrazos,
Arropan tu regazo;
Risa cascabelera,
Rima de un poema con
Olor a primavera.

Enlace Mª Angeles y Juanma



¡Silencio!

El amor entra,

Blanco penetra

En la iglesia con paso lento.



¡Silencio!

La luz los envuelve,

Sus miradas crecen

En esta fecha para el recuerdo.



¡Silencio!

Sus palabras bellas,

Con un si quiero sellan

Su unión al viento.



¡Silencio!

Los novios se casan,

Con un tierno beso se abrazan,

Ponen la alianza en sus dedos.



¡Aplaudan!

Por su felicidad infinita

Por esta pareja tan bonita:

M Ángeles y JuanMa.

Sigo en tu después





Hoy mis pulmones están llenos

de vientos de amor

que transportan tus besos

como oxígeno al corazón.


Once años de historias

de recuerdos en el cielo

que suben a la memoria

cada noche en mi silencio.


En el aniversario del cariño

te ofrezco mis palabras

escritas desde el delirio

de una fiebre dorada.


Veo en tus ojos mi mañana

y en tus manos mi presente

que colma mi alma,

que alimenta mi mente.



1 de Julio en nuestro camino

sendero de distintas lunas

Huella de nuestro destino

clave de nuestra fortuna.


Y cada vez que te veo a mi lado

doy gracias porque sigo en tu después

en el espacio reservado

que pone el mundo a tus pies.


Y a punto de volverte a buscar

te encuentro de nuevo sonriente

descubriéndote al azar

bajo el sol naciente.

martes, 10 de enero de 2012

El sentimiento de culpabilidad en EII

La culpabilidad es un sentimiento  que se fija en sucesos pasados y por eso es una emoción que se aprende. Haces, dices o sientes algo que no es correcto porque así se te ha enseñado y por tanto uno comienza a sentirse incómodo en el momento presente. Se rompe una regla aprendida que se inculca como conductas no apropiadas y se traslada al momento actual.
Cada ser humano de manera consciente o no, tiene un conjunto de pautas enseñadas que marcan nuestro comportamiento. Es nuestro propio código moral que junto con las reglas de la sociedad las adoptamos como propias. Estas normas pueden anunciarse como: “no darás preocupaciones”, “debes ser competente o de lo contrario, no valdrás nada”, “estudiarás una carrera para tener un futuro exitoso de lo contrario no serás nada en la vida”,”debo buscar la aprobación de los demás”, “hay que buscar el perfeccionismo”,”llorar es de débiles”, etc.
Una vez que este contenido se establece en la mente, se desarrolla un proceso para garantizar su cumplimiento. Este sistema alarma cuando no se cumple una de estas normas y es cuando aparece el Remordimiento como señal de aviso. Comienza el malestar después de haber efectuado una acción que no era la aprendida. Existe una forma de culpa residual (memoria de la infancia, por ejemplo, “papa no te va a querer si no sacas buenas notas”) que nos alerta del no cumplimiento del código aprendido desde niños.
Un enfermo de Crohn o de Colitis Ulcerosa se siente en muchas ocasiones culpable de su enfermedad porque  piensa que va a ser una carga para los demás y además porque se tiene una información errónea sobre el origen de la enfermedad, como por ejemplo, que los enfermos son los que se provocan sus brotes (“he tenido que hacer algo mal para volver a tener un brote porque me dicen que con fuerza de voluntad, esto se cura”). Esto no es real, la causa de la enfermedad es desconocida. Esta enfermedad es imprevisible y aparece y desaparece como el “río Guadiana” y hasta el día de hoy es CRÓNICA. Hay factores que pueden empeorarla como es  la muerte de un ser querido, una ruptura sentimental, la pérdida de un trabajo o cualquier acontecimiento con carga emocional importante pero no es el origen de ella.
Cuando no se aceptan las realidades y las consecuencias de nuestras acciones, de forma natural se tiende a protegernos de cualquier situación que nos produzca daño, vergüenza o dolor. Es por eso que a veces echamos las culpas a los demás como cuando éramos niños y rompíamos algo y decíamos que había sido el hermano o  un amigo que jugaba en esos momentos con nosotros.
Hay familiares de enfermos y enfermos que por no aceptar la enfermedad no hacen otra cosa que culpabilizar a los de su alrededor por estar así y chantajean una y otra vez al que tienen al lado para protegerse de la realidad que tanto les duele. Esto se denomina Culpa Relacional, es decir, “el si tú hicieras un esfuerzo, tuvieras la voluntad de, me quisieras, me dijeras…” es una manera de que el otro esté pendiente de lo que uno espera y aparece la culpa de no llegar a ser lo que se esperan de él/ella. Otros al contrario, se sienten culpables de que su hijo/a tengan la enfermedad sin ningún razonamiento que lo sostenga ( por ejemplo:”no le he alimentado bien”,” lo habré contagiado, estará en mis genes…”).
También está la culpa por compasión, es decir, sería una manera de ganar la compasión  de la gente para que así estén pendientes de uno/a: “Si no pueden entenderme y respetarme por mi mismo pues entonces les daré pena”.
Y la culpa auto-impuesta es la que tendemos los enfermos de EII a desarrollar cuando se infringe alguna norma que uno mismo ha creado. Por ejemplo, el que se impone la norma de no comer un alimento en concreto y el día que lo come siente unos remordimientos terribles pensando que después vendrá la diarrea o el dolor de vientre. También se piensa en que no se puede hacer ejercicio físico porque se te pueden "romper los intestinos". Es una información totalmente irracional, sin basarse en un consejo médico o de un especialista.
Hay estrategias muy eficaces para eliminar estas culpas de nuestras vidas:
·    Ser consciente de que el pasado ya pasó y no se puede cambiar. El pasado no podemos modificarlo, sientas lo que sientas con respecto a él. El sentimiento de culpabilidad no borrará el pasado ni hará que yo sea otra persona (en este caso sana y sin EII). Esto ayudará a diferenciar la culpabilidad del conocimiento que puedes sacar del pasado, solo puedes hacer las cosas diferente “hoy”. Si soy enfermo de crohn o colitis, lo soy, no lo puedo cambiar. Hoy haré  lo que sé que es bueno para mí para mejorar mi estado de salud pero seré consciente que tengo una enfermedad crónica (para siempre).
·    Comienza a aceptar en ti mismo cosas que tú has escogido pero que a cierta gente puede disgustar. Sabes cuáles son tus limitaciones y lo que puedes hacer. Aprende a ser asertivo, a respetar a los demás y a enseñarles que también te tienen que respetar en tus decisiones (eres el único responsable de tus acciones).
·    Enseñar a las personas que están en tu vida a no hacerte sentir culpable por cosas que no eres o no puedes conseguir. Informarles de en qué consiste la enfermedad y su evolución. Podrán entenderte mejor y no exigirte cosas imposibles.
Esto te hará vivir la enfermedad como algo natural de tu presente y el de tu entorno (brote-momento asintomático), tomando medidas equilibradas y no dramatizándola. Hay que desmitificar la enfermedad y normalizarla como algo que forma parte de nosotros en algunos momentos.

·     La culpa es una reacción personal, es decir, nosotros tenemos el poder de controlarla si hemos entendido el mecanismo que las produce analizando que es lo que hace que te sientas así y cambiando los pensamientos irracionales que la generan.
Solo mediante un análisis de por qué uno se siente así, se podrá solucionar este malestar que tanto incide en la EII. Hazte estas preguntas:
1.   ¿Cuál es la razón de que me sienta así? Hay que identificar el por qué me siento culpable de tener esta enfermedad, basándonos en hechos reales, no en pensamientos, deseos o imaginación.
2.  ¿Quién es el /los responsable/s de lo que me está sucediendo? Hay que buscar si existe factor/es que pueden estar involucrados en lo que está pasando.
3.   ¿Cual es mi código moral? Averigua posturas que tú has elegido o te han impuesto, es decir, analiza cual es el tipo de culpa que tienes.
4.   ¿Puedo hacer algo por remediarlo? Si es que SI: hazlo; si es que NO: aceptarlo como algo que no tiene solución en la actualidad pero se puede mejorar.
5.  ¿Qué me estoy perdiendo del presente por culpa de la “culpa”? Saber cuáles son tus bloqueos en el presente a consecuencia del pasado.

Hay veces que se tiene un nivel de exigencia muy alto para los demás y para uno mismo y se piensa más en lo que falta por hacer que  en lo realizado. Esto recae de nuevo en la culpabilidad sin pensar que las cosas se hacen sin más, sin añadir la perfección en ellas. Normalmente culpabilidad y auto estima van relacionadas: “si yo te gusto, todo está bien pero si yo no te gusto es que hay algo en mi que no es correcto”.
Las personas tenemos diferentes puntos de vista y hay veces que proyectan sus frustraciones y sus deseos en nosotros. Aceptarse como uno es y aprender de los errores para vivir mejor en el presente será de gran importancia para dejar atrás esa culpabilidad que tanto malestar ocasiona.

 

Isla Azul

Isla azul te espero,
para que me digas te quiero,
en el amanecer de calma,
abrazados en la cama,
soñamos despiertos.

Isla azul te siento,
como arena al viento,
que va de puntillas al mar,
llorando olas de sal,
por volver a tu encuentro.

Isla azul te anhelo,
en tu dorado recuerdo,
nace sutil la risa
que juega con la brisa,
despeinando tu pelo.

Isla azul te ruego,
que avives el fuego
de la luna menguante,
en la noche gigante,
me pierdo en tus besos.

Isla azul...
iluminas Estambul.
Desde el Bósforo
contemplo el Cuerno de Oro,
guardo tus mezquitas en un baúl.

Isla azul en el Egeo,
diviso las Cícladas y a Zeus,
que batallan con pelícanos y molinos,
que soplan torbellinos
de grandes deseos.

Isla azul navego
hacia las estrellas del firmamento,
guiada por el faro
de tus fuertes manos,
desembarco en un barco griego.

S'apayo( Σ'αγαπο )



El sonido del alma

Mi alma suena así…
Escrita en melodía,
Mi forma de sentir,
Que mis ojos te lo digan.

Mi pena ayer te di
En lágrimas muy  frías,
Regando en el jardín
La nostalgia de tus caricias.

Mi alma suena así…
En silencio,
Con tus recuerdos.
Te quedaste aquí,
Entre las paredes de mis deseos.

Mi alma suena por mí...
El ayer lo dejé,
Con el mañana quedaré
A tomar un café
Que hoy tengo que hacer,
Un nuevo amanecer.

Mi alma suena en canción...
En la eterna ilusión
De buscar una tregua,
Que me traiga mi voz,
Que una vez se apagó
Por morderme la lengua.

Mi alma suena sin ti…
Queriéndome sin reproches,
Que una vez limitó
Mi estima sin razón.

Mi niño/a búlgaro/a




Todavía no habías nacido
Y ya te teníamos en el corazón,
Nuestro niño/a tan deseado/a
En nuestros sueños se quedó.

Fuimos a buscarlo/a
Con mucha paciencia y tesón,
Mi niño/a una familia quiere
Unida por el amor.



Ea, mi niño/a, ea
Le canta con ternura su mama
Ea, mi niño/a, ea,
Le susurra su papa.

Y su tata mientras acaricia
El roce de su ilusión,
Mi niño/a tiene una hermana
Del alma, una hermana mayor.


Ahora estás en mí
Como parte del camino,
Como agua que lleva al río
De tu país.

Ea, mi niño/a, ea
De Bulgaria quiere venir.
Ea, mi niño/a, ea,
Con un “martenitsa” le vamos a recibir.



Ese día llegará
Como un parto de besos,
El amanecer de tus ojos brillará
Para dar luz a todo lo bello.

Ea, mi niño/a, ea,
Esta poesía recitarás,
Ea, mi niño, ea,
En mi regazo dormirás.


Mis cinco sentidos



En tus ojos de luna llena

Hay un reflejo de vida,

Que miro todos los días

Cuando despiertas serena.

Mis oídos escuchan

La música de tu voz,

Que como un bálsamo curan

Las heridas de mi corazón.

En tu perfume de princesa

Navega  mi imaginación,

Respirando el olor a fresa

Que se esconde en tu habitación.

Mis manos sienten

Tu cariño infinito,

Que tocan mi vientre

Débil pero bendito.

En tu boca permanecen

Las palabras bonitas,

Que esperan impacientes

Un trozo de chocolatina.

Y tu nombre, Judith,

Completa el perfil

De mis cincos sentidos,

Que cuidan fundidos

Tus sueños sin fin.

La niña azul



Mirando mis ojos encontré
a la niña azul
que quise ser…
Y no fuí.
Te perdí…


Hoy lo sé,
me recupero gracias a ti.
Y me creí…
Descubrí mi sabor, mi color,
azul, te perdí…

Pero me siento tan bien,
que me olvidé de lo mucho que te anhelé,
y no fuí...
Te perdí.


Te recuerdo en la nostalgia,
en la piel de un día que viví.

Dejo atrás lo que no está
para recoger lo que ha de venir.
Y si no te encuentro en mi libertad,
¿Para que seguir?
Pienso en ti.

Voy a quererme,
no voy a engañarme.
Así mi amor será grande,
tan grande como la mujer azul que soy
y siempre quise ser.

Voy a quererte,
no voy a imaginarte.
Así tu amor será real,
tan real que podré soltarte,
para nunca mas perderme.

Una emoción, un poema

El libro "Una emoción, un poema" analiza las emociones más comunes en EII (Enfermedad Inflamatoria Intestinal) como la tristeza, el miedo, la rabia, la soledad e incomprensión, la culpa,la inseguridad y la baja autoestima. 
Mi objetivo es explicar en qué consiste dicha emoción, por qué es tan común que sintamos así y cuál es la manera más adecuada de transformarla. Al final de cada emoción, propongo un poema donde habla de ello, poemas basados en mi experiencia como enferma de Crohn, en los talleres, en los grupos de autoayuda creados en la sede y en los enfermos y familiares que tanto me han aportado y de los que tanto he aprendido a la hora de desarrollar mi labor como psicóloga en ACCU Madrid.
¡¡Muy pronto, lo compartiré con todos vosotr@s!!

Yo, el crohn y mi familia



Todo iba a pedir de boca, embarazada de 3 meses con la ilusión de ser una mamá radiante e ilusionada por la venida del bebe deseado, un  trabajo donde me sentía valorada, una familia fantástica, noches locas de marcha con los amigos echándonos unas risas…Sin embargo, una mañana al abrir los ojos me encontré en la habitación de un hospital, demacrada, muy delgada y con fuertes dolores en el abdomen. ¿Qué me pasa? Me siento como en un mal sueño pero…la diferencia es que de esto no podía despertar. Ya nada es como antes. Mi enfermedad se ha convertido en el foco de atención de todos los que me quieren. Ellos están en constante sin vivir pensando cuando se volverá a repetir el maldito brote. Luego llega el pensamiento de “esto no me puede estar pasando a mí”, “yo que puedo con todo y con todos….”y no lo aceptas, haces el bruto  y después caes en la más profunda depresión. Te debates en duelo constantemente contigo mismo, te infravaloras y caes en el pensamiento absurdo de que eres una inútil dependiente de los demás y culpable de todos los males de tu alrededor.  Esto es parte de una historia que se puede repetir en muchos de nosotros. Es parte de una historia que se puede superar y que superé. Es parte de una historia donde la familia de los afectados de Crohn también tiene un papel principal pero que por desgracia en muchos casos no saben cómo actuar. La impotencia  asoma en la mente de estos protagonistas cuando quieren ayudar estando encima del enfermo todo el rato y aparece la ingratitud y la irascibilidad  del “Crohniano” agobiado de tanta muestra de cariño y paciencia de estos familiares que asfixian de tanto amor. Sin embargo, hay otros que se declinan en negar la evidencia expresando frases como: “no es para tanto” o “ya se te pasará pronto” y es así como el enfermo se siente un completo incomprendido y culpable de lo que está padeciendo.
Es así como se vive el impacto de esta enfermedad en el entorno familiar desgastando psicológicamente hablando al enfermo y a los de su alrededor; comienzan tiempos de inseguridades, temores y desazón.
La depresión y la ansiedad son reacciones normales dentro de esta historia. El paciente se vuelve más susceptible a los problemas cotidianos. Diversos estudios demuestran que el estrés provoca cambios en el ritmo intestinal, cambios en la motilidad que pueden afectar al humor. Según la organización Mundial de la Salud, cuanto mayor es el apoyo percibido, menor es el impacto del estrés  y mayor la sensación de bienestar. Si la familia se encuentra bien, es más probable que el enfermo también lo esté. Es por eso que es de total importancia que la familia se implique siendo lo más respetuosa posible con el enfermo, es decir, dando apoyo sin hacerse dependiente y dejando un espacio donde el enfermo exprese sus sentimientos mediante el diálogo.

Después de una discusión en la familia es bueno hablar del por qué ocurrió. Quizá el motivo del enfado fue por tener que pedir ayuda para hacer cierta actividad que antes podíamos hacer solos. Esto nos produce ira, rabia de pensar que en el pasado eso mismo lo podríamos haber hecho. Es necesario que nuestra familia y  los más allegados sepan los motivos del por qué estamos así. Siempre será más fácil que nos lleguen a comprender si saben que ideas se nos pasan por la cabeza.

Es por eso que la familia  del enfermo y el propio enfermo necesitan de apoyo e información psicológica para poder adaptarse mejor y más rápido a esta nueva situación. Muchos de los enfermos junto con la familia desconocen ciertas reacciones que genera la tensión que produce esta enfermedad y esto es clave para comenzar  a retomar de nuevo nuestro camino de manera positiva siendo conscientes de nuestra nueva situación para poder llevar la mejor calidad de vida posible y que nuestra familia, amigos… ayuden y apoyen para ese recorrido.


¿Cómo?
1.      Informarse de la enfermedad, es decir, el conocimiento es poder y cuanta más información se tiene de la enfermedad más control de la situación hay y desaparecen muchas incertidumbres y creencias negativas que se generan alrededor de la enfermedad de crohn.


2.      Reconocer las emociones y sentimientos que aparecen en muchas enfermedades crónicas. Es normal que las personas que padecen de una enfermedad como esta suelan estresarse  por encontrarse en un momento dado con dolores, malestar, cansancio, etc. y después tener que afrontarlo con el trabajo, los estudios, actividades sociales…Si sabemos reconocer que tenemos cambios de humor, que lloramos mucho y no queremos hablar con nadie, sabremos que estamos tristes y deprimidos. Esto forma parte de un proceso natural de la situación en sí. Expresarlo y compartirlo es esencial a la hora de sentirse mejor.


Hay personas que lo hacen a través de especialistas en la materia como puede ser el psicólogo; otros  uniéndose a grupos de apoyo como son asociaciones de personas con tu misma enfermedad. Y como no, por gente de tu confianza, amigos y familiares que estén dispuesto a escuchar cómo nos sentimos y a desahogarnos con ellos y liberar esa tensión de la que tanto nos quejamos.


3.      Empatizar con las reacciones que puedan tener otras personas. En ocasiones son los propios padres los que no acepten lo que te está pasando. Se sientan culpables y se enfadan mucho con lo que está sucediendo e intentan ocultar lo que realmente está pasando. Es entonces cuando hay que pensar que ellos también lo pueden estar pasando mal y que si se comparte ese malestar, podrán entender ambas partes mejor lo que está pasando y así poner soluciones.


4.      Relativizar las cosas, es decir, darle la importancia que en realidad tiene en el momento que pasa. No debemos cometer el error de sentir que nuestra enfermedad es ahora nuestra vida si no que solo forma parte de ella y que podemos seguir construyendo nuestro “puzle” de vida a pesar de esta adversidad.


5.      Tomar decisiones en cuanto a las alternativas que tenemos y llevarlas a cabo. De nada sirve lamentarse y estar en un  rincón llorando por lo que nos ha pasado. Hay que saber cuáles son nuestras limitaciones y cuales nuestros proyectos de futuro que si podemos desempeñar y comenzar a ponerlos en práctica. Todavía tenemos mucho que dar y mucho que recibir de todo y de todos.


El enfermo de crohn y su familia pueden llegar a descubrir que posicionarse en un papel activo en el cuidado de la salud tanto física como psíquica, les va a ayudar a la hora de descubrir y valorar sus puntos fuertes para seguir adelante de forma positiva y por supuesto adaptarse y aceptarse con sus limitaciones porque no hay nada que nos haga más fuertes que el reconocimiento de nuestras debilidades.
Soy enferma de Crohn, como muchos de vosotros, con una familia detrás que ha aprendido a ayudarme en la justa medida y hemos aprendido a adaptarnos a estos nuevos tiempos. Es así como yo he superado mi etapa de duelo y es así como quiero que os llegue a todos los que leáis este artículo de una psicóloga que acaba de desmontar el refrán que dice: “en casa del herrero  cuchillo de palo”.