Te marchaste;
Con ese adiós organizado,
Con mi amor entrelazando tus manos
Y tu eterna fuerza para dar el paso.
Te marchaste;
Atravesando el cielo
partículas de Aries olor a incienso
que ardientes arden en el firmamento.
Te marchaste;
Con las nubes de color fuego,
avisando cada año de tu rezo
sin luna que oculte el lienzo,
pintada en la cola del viento.
Te marchaste;
Convertida en estrella sin miedo,
Hamal brillante parpadea sueños
en la dimensión de emociones que siento,
aceptando que en unos segundos te pierdo.
Te transformaste;
En luz naranja nocturna,
vellón dorado que alumbras
senderos de diciembre en penumbras
cuando me pierdo taciturna.
Te encendiste;
radiante y elegante en Fuente Obejuna
recitando coplas llenas de dulzura
cantares de la energía más pura
que emana desde Gracia hasta las alturas.
Allá tu alma brilla más que nunca...