miércoles, 30 de enero de 2013

Lluvia púrpura


Entre obsesiones y miedos, entre la intranquilidad que rodea un futuro incierto, llega el misterio del mañana. Me gustaría que una lluvia púrpura mojara el dolor y lo transformara en paz, en calma... Que caiga como droga en las venas para paliar heridas del alma.
 
Solo quiero observar esa gotas violetas mientras bailas sin paraguas, impregnándote de esa imaginación que intuyo ambigua como tu respiración.
 
La sensibilidad de un pequeño gran gesto se manifiesta como enormes ideales en tu cabeza y te dejas llevar hacia un mundo de fantasía con olor a fresa.
La lluvia morada nos protege y al mismo tiempo nos impulsa al cambio, a la transgresión de lo diferente, a la mejora de la calidad inerte y a las palabras que salen de tus labios.

Tus moradas ojeras ríen lágrimas malvas por querer naufragar pero te enredas con las olas en lechos marinos de caracolas que forman un camino arduo en la primavera del primer invierno asiduo a esta disparatada quimera.
 
Yo solo quería verte, verte mojado en la lluvia púrpura, pero los tiempos cambian y tu sangre supura mi ansia por volver a evolucionar a tu lado. Sin embargo, tus pensamientos siguen desordenados y el tiempo  parará tu música desesperada por un suspiro que te deje tranquilo cuando suene la lluvia púrpura en la ventana acústica de un grito vacío.
 
 
Ahora que ya te has ido y mi vacío inunda este frío cuerpo, te llamo en el tiempo que no se mueve, ese que llaman recuerdo, ese que me enseña fotografías y momentos para que siempre estés presente cuando mire al firmamento.
A mi padre... esa parte de mi que se fue volviendo a renacer en sus cenizas junto al árbol de su ermita, el árbol que mira a su pueblo desde la luna, desde el sol, Fuente Obejuna se ve ahora más hermosa que nunca, desde lo alto de su corazón...

 

lunes, 21 de enero de 2013

Palabras

Hoy deseo hacer mención a las palabras. No olviden que estas pequeñas letras entrelazadas entre si que forman pensamientos, pueden cambiar el mundo.
Cuando se escribe esperando que mis palabras lleguen a un lugar donde puedan crecer, hacerse más grandes y relevantes ante la mirada indiscreta de ese lector que curioso lee y se impregna de las ideas y razonamientos que algunas veces tanto necesita y solicita, es cuando te das cuenta de la fuerza que tienen los pensamientos, esas ideas poderosas que nos empujan a reaccionar y tomar un camino determinado ante las circunstancias de la vida. Una vida llena de momentos hermosos, de situaciones adversas y circunstancias complicadas que en ocasiones requieren un análisis más exhaustivo.
 
Pues bien, voy a hablar de la tendencia humana a centrarse en un solo aspecto, perdiendo así la atención y la flexibilidad de otros factores que son muy importantes a la hora de tomar decisiones adecuadas.
Es muy común focalizar la atención en uno mismo(cómo me veo), en otras ocasiones en los otros(que esperan de mi, que piensan de mi o cómo puedo cubrir las necesidades de los demás) y otras veces nos centramos en la evaluación de cómo estamos quedando frente a otras personas. 
Mediante una abstracción selectiva exageramos lo negativo de uno mismo o de los demás, es decir,se selecciona una porción de la realidad, se magnifica y se generaliza. Utilizamos palabras como todo o nada, siempre o nunca, blanco o negro, debería o tendría que... y tendemos a culpabilizarnos o culpabilizar a otras personas o cosas para que esas ideas irracionales encajen en el puzzle que se ha diseñado para las circunstancias que tenemos en frente.

Eso es peligroso, tanto que podemos caer en las etiquetaciones, las sobre generalizaciones y en filtros donde se infravalora o se sobrevalora una misma situación. Podemos tapar el transfondo de lo que nos afecta y es cuando se pueden tomar decisiones muy poco acertadas. Se está tan pegado a lo que es el problema que no se ven las dimensiones reales de lo que está pasando y las posibles soluciones. Uno se encierra en si mismo, se vuelve hermético y no deja pasar ni lo bueno ni lo malo. Esta circunstancia es como una gran quimioterapia, es decir, acaba con todo y con todos sin dejar a títere con cabeza. Al final, acabas con tu dolor porque no te das permiso a sentir y aparece el mecanismo de defensa de la frialdad pero cuando miras a tu alrededor, el paisaje es tan desolador que te has dejado por el camino muchas cosas que merecían la pena vivir.
 
Pertenecemos a la raza humana y eso hace que estemos llenos de pasiones, ilusiones, esperanzas y fortaleza. Hay muchas ciencias que son necesarias para el hombre porque lo dignifican pero la poesía, el amor, la belleza y la amistad son cosas que nos mantienen vivos.
 
Saca lo que llevas dentro mientras hablamos, goza de tus palabras cuando te digan que vivas el presente, prestando atención a tus emociones, aunque duelan pero será la manera más adecuada de entrar en acción, se superar baches y seguir el camino de tu interior.
 
Súbete a la mesa para recordar que hay que mirar las cosas de un modo diferente, desde otra perspectiva, desde la tuya y la mía. Como decía el señor Keating en el Club de los poetas muertos, "desde aquí arriba se ve el mundo distinto". Ahora desde lo más alto, tu visión puede alcanzar todas las palabras que son convenientes que tengas en cuenta para hacer el cambio hacia la verdad. La tuya.
 
 
 

miércoles, 9 de enero de 2013

Espero

Te espero mientras desespero en la idea de no encontrarte,
te has escondido tan minuciosamente
que temo que te consumas en la soledad inerte
de un sorprendente instante.

Te espero mientras me adentro
en la emoción que escribe un poeta
en medio del inesperado desierto
que extingue el agua de mis letras.

Te espero mientras miro el cielo
incandescente que refleja tu alma
admirada de otros tiempos
que me llena de esperanza y calma.

Esperanza y calma...
Eso mismo buscas fuera de mi esfera,
lejos de tu cercana dama,
dentro de mi ansiada quimera.

Y espera...

Dame tiempo para sentarme
en la sábana de los sueños rotos,
para cuando venga la noche taparme,
para no oír el grito sordo.

Espero esperarte sin escarcha
desnuda al lado de un hilito de sol
que caliente mi ventana
abierta, cerrando nuestro dolor.